Vem,
teu corpo convida o meu a amar
sem regras, sem ritmo marcado —
só o pulsar do instante.
Nos teus braços,
o vento não sopra, acaricia.
Os sonhos se vestem de pele,
e cada toque,
é promessa de flor que se abre.
Brilha em nós
o amor sem moldura,
um fogo brando
que arde onde a alma se revela.
Tua risada é canto,
meu suspiro, verso.
Nos movemos como quem reza
em silêncio,
mas com o corpo inteiro.
Não há fim para essa dança,
quando o bem é beijo,
e o respeito,
um lençol que nos cobre de harmonia.
E seguimos...
germinando desejos,
traçando passos certos
sobre o chão do possível —
até o céu se curvar
ao ideal que te sonha em mim.
❦
Cléia Fialho
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Qué bonitos y dulcer versos, querida Cléia, y la imagen preciosa. Ya voy aterrizando que estuve medio ausente. Y me encanta disfrutar tus poemas.
ResponderExcluirSueños que nos envuelven y nos hacen mecer la vida, almas que se enlazan y brillan cantando la melodía del amor, preciosa realidad, la de amar y ser amado.
Un placer siempre leerte.
Besos enormes y feliz fin de semana.
Hola Cléia, luego de cierto tiempo de ausencia no olvido a los amigos y empiezo el año dejando comentarios.
ResponderExcluirVisitar tu espacio es encontrarse con poemas que tienen un eje común: el amor, pero siempre con un entorno de diversas características, aquí encuentro paz y un deseo transparente de comunión con los demás a través de esa energía vital que une a las personas.
Es tan bello como importante tu mensaje, lo circular en tu poema encierra la virtud del crecimiento, en tus versos hay una sensación de elevación en forma de espiral, al menos así se me presentó.
Te mando un gran abrazo.
Si al entrar en el circulo de los deseos los acompasamos con los de la persona amada, ocurre como nos dices en el ultimo verso lleguemos al ideal.
ResponderExcluirSaludos.